El okapi (Okapia johnstoni) es un animal africano, endémico de la República Democrática del Congo. Se encuentra entre los animales más raros del planeta, con una longitud de 2,5 a 2,7 metros, una altura de 1,5 metros y un peso de hasta 450 kilos.
La parte inferior de su cuerpo es de color marrón oscuro, con rayas blancas o grises por todo el lomo. Tiene la cabeza y el cuello anaranjados, con una franja blanca en la frente. Sus patas tienen un color más claro que el resto de su cuerpo. El okapi es una especie solitaria y muy tímida.
Los okapis se alimentan principalmente de gramíneas, hojas y flores, pero también comen frutas, frutos secos, insectos y corteza de árbol. Se mueven principalmente por la noche, cuando es más fácil encontrar comida y mantenerse a salvo de los depredadores.
Esta especie está amenazada por la extracción de madera, el cambio de uso de tierras y la cacería furtiva. Se calcula que hay menos de 10.000 okapis en la naturaleza, por lo que es una especie vulnerable. Para protegerlos, hay varios programas para conservar sus hábitats y evitar la cacería ilegal.